A veces en verano el tiempo parece quedarse un poco parado, el calor envuelve todo y el aire se queda en suspensión. En este periodo canicular, donde las temperaturas son las más altas de todo el año, también hay tiempo para aprovechar el sosiego que da la época estival y disfrutar de los proyectos con un poco más de placer y tranquilidad. Este verano en Cumpleaños en el bloque tenemos la oportunidad de participar en Canícula, unas estancias y talleres que han preparado el Injuve y Pista 34 en la Sala Amadís de Madrid. El nombre de este proyecto tiene una explicación que nos ha encantado, y es que una estrella conocida como La Abrasadora, en la constelación de Can Mayor, es la que pasa por el cielo en esta época del año, de ahí la famosa expresión “días perros”. También participarán a lo largo de este verano COCO- D Collective, La Criminal y El Tipi.
El objetivo de esta estancia es repensar y generar contenidos bajo el lema “Dar-Recibir/ Recibir- Dar”, para lo que tendremos durante dos semanas un espacio con diversidad de materiales y apoyo en mediación para desarrollar la residencia. Pensando en este leit motiv hemos decidido trabajar en colaboración con otros colectivos o proyectos como La Liminal, La Dula, Paisaje Transversal, La ciudad demudada e Interfícies. Con ellos vamos a plantear unas sesiones de trabajo en las que hablar sobre temas relacionados con la participación ciudadana, el desarrollo de proyectos culturales en comunidades y por supuesto sobre su relación con el espacio doméstico. También vamos a realizar un taller, «Curso CCC: Cotidiano, Casero, Creativo: taller de reflexión, cuidado y construcción de barrio a través de la refotografía», en el que haremos un ruta por los alrededores de la sala Amadís usando la técnica de la refotografía, para imaginar otros barrios posibles y posteriormente hacer una exposición colectiva.
Hemos mantenido cinco sesiones de trabajo con los colectivos nombrados anteriormente. Con La Liminal tratamos conceptos como la importancia de compartir conocimientos desde lo cotidiano, apelando a experiencias por todos conocidas y a un lenguaje común, rompiendo así con prácticas verticales en las que la mediación se produce de arriba a abajo. Para el trato con las comunidades pensamos en la importancia de la feminización, la flexibilidad, los cuidados, la sensibilidad o la atención.
En el encuentro con La Dula tratamos la importancia de que los proyectos participativos tengan un anclaje barrial para la gestión comunitaria, y cuando estos no se produzcan desde la autogestión, sí al menos busquen agentes, necesidades o personas que sirvan de nexo de unión entre la comunidad y el proyecto dinamizador. Nos cuentan que para la impulsión de sus proyectos se sirven de lo que llaman ‘grupo motor’, el cual tiene en cuenta a los distintos movimientos, asociaciones o técnicos implicados así como las distintas sensibilidades existentes en las comunidades.
Hablamos también con Antonio R. Montesinos de La ciudad demudada. A través de este proyecto desarrollado en La Térmica de Málaga pudimos conocer lo que ellos llaman ‘derivas’, otra forma de conocer la ciudad, paseándola sin rumbo fijo y los ojos abiertos a otras realidades. Este proyecto ha realizado estas derivas en busca de una cartografía alternativa, creando otra memoria barrial y dando visibilidad a historias a través de objetos e imágenes que luego reflejaron en una exposición.
En el encuentro con Paisaje Transversal hablamos de la importancia de crear proyectos globales, de largo recorrido en el tiempo y transformadores a nivel social, de manera que aborden a las comunidades de forma integral. Nos introdujeron en conceptos como bottom-up, top-down o middle out, referidos a los distintos niveles desde los que se construye un proyecto, dependiendo si es desde abajo (bottom-up), desde arriba (top-down) o desde el medio (middle up). Al igual que La Dula, nos hablaron sobre el papel que desempeña el ‘grupo motor’, encargado de generar una metodología de participación que dinamice a la comunidad e incluya sus deseos y voluntades dentro de la construcción colectiva del proyecto.
Nuestra última reunión fue con agentes de Barcelona, concretamente con Javier Rodrigo, coordinador de Transductores, y con Laia Ramos, gestora cultural y coordinadora de Idensitat. Con Javier Rodrigo tratamos el tema de los lugares de conflicto en el ámbito de la mediación: «mediación no es llegar a acuerdos, sino diagnosticar problemáticas», entendiendo así que es más importante diagnosticar y visibilizar que resolver, a través del codiseño y el aprendizaje mutuo. Con Laia Ramos, hablamos sobre lo necesario que es transformar el espacio no solo en el estrato físico, también en el temporal y en el social. Para este proceso, recalca la importancia de la construcción de proyectos con otros colectivos y las complicidades con instituciones diversas. Propone que la participación debe tener unos estándares de calidad y generar espacios de empoderamiento colectivo, en el que tanto las instituciones como la ciudadanía estén dispuestas a colaborar y a trabajar como vasos comunicantes.