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Crónica de un cumpleaños. Rodrigo de Guevara número 2.

Después de muchas conversaciones, de una palpable ilusión por realizar un proyecto que nos representara y de una voluntad de trabajar en algo que fuera tan nuestro y personal como colectivo y compartido, nos reunimos en Madrid en noviembre de 2014 y decidimos que nuestro propio bloque sería el primero en celebrar su siglo de vida doméstica.

Han pasado muchos meses, nos hemos presentado a convocatorias, a becas, hemos trabajado en una línea temática relacionada con lo doméstico en nuestros canales digitales, nos hemos entrevistado con revistas y presentado el proyecto en espacios culturales. El panorama para los proyectos culturales no es un camino de rosas, y al final, sin más recursos que los nuestros y más ayuda que la de nuestros amigos y vecinos, el pasado 14 de junio celebramos el 101 cumpleaños del bloque número 2 de la calle Rodrigo de Guevara. Nuestro primer cumpleaños.

Durante estos meses previos hemos intentado acercarnos a los vecinos y vecinas del bloque procurando no ser invasivas, respetando los espacios de intimidad pero intentando en todo momento estar presentes y en contacto con las viviendas, con el objetivo de visibilizar la relación que tenemos con el espacio que habitamos. Hemos tenido respuestas de todo tipo, y hemos aprendido mucho de este proceso de toma de contacto y no ha sido fácil ganarnos la confianza y la colaboración del vecindario. De hecho, en los días previos al cumple fue cuando empezamos a notar la empatía necesaria para hacer el evento. Hemos comprobado cómo en un lugar tan íntimo y familiar como un bloque, donde vivimos prácticamente unos junto a otros separados por pocos centímetros de pared, no existe ningún “organismo” que trabaje más allá de la administración y que se preocupe por la otra cara de la habitabilidad o por la memoria arquitectónica y social del inmueble, y al final son las paredes, escaleras, techos y ventanas quienes guardan las historias, las rencillas o los buenos recuerdos del paso de una persona por un espacio doméstico, y hablar de esta relación no es tan fácil como parece. ¿No sería precioso tener un archivo doméstico de cada bloque y elegir una vivienda no solo por el número de metros sino por los otros aspectos que encierra la vida doméstica?

Durante los días previos al cumpleaños todo fue una contrarreloj y un aprendizaje forzoso en cuanto a autoedición, economía de recursos y producción hecha a mano. Imprimir las fotografías, diseñar un itinerario, realizar el montaje de manera que no entorpeciéramos la vida del bloque, pensar en las luces o en los espacios donde se podía generar más conversación… y sobretodo, esperar y desear que vinieran los vecinos. Poco a poco se iban asomando, había quien se quedaba un ratito y quienes se quedaron toda la tarde. Tuvimos la oportunidad de hablar con una vecina que llevaba más de 40 años viviendo en el bloque y nunca había visto el rellano con tanta vida, pero también con habitantes que acababan de llegar y que eran de otros países, para quienes pasar una tarde relacionándose con vecinos de un bloque del centro de Madrid les pareció una experiencia inolvidable. Una tarde llena de contrastes y de anécdotas donde conocimos mucho más lo que teníamos en común: el bloque, la calle, el barrio.

Quisiéramos destacar la colaboración de los vecinos que estuvieron presentes en la fiesta, ya que nos ayudaron en todo momento y se mostraron muy implicados con el cumpleaños. De hecho, durante la merienda y justo antes de soplar las velas se fue la luz. Ante la imposibilidad de acceder a los contadores generales, los vecinos solucionamos el problema de manera conjunta, una vecina abrió las puertas de su casa para poder tener enchufes, y al final de la merienda otro vecino se ocupó de dar acceso a la luz, aunque fuera de manera provisional. En este sentido también fue importantísima la ayuda y colaboración de nuestros amigos, quienes nos ayudaron durante los preparativos y nos apoyaron durante la fiesta.

Al finalizar la merienda propusimos que la expo se quedara colgada en las paredes durante unos días, de manera que los vecinos y vecinas que no habían podido asistir tuvieran la oportunidad de verla, y darle así una vida más larga a este regalo de cumpleaños. Lamentablemente no fue posible ya que nunca llueve a gusto de todos y la expo no fue del agrado de todo el mundo. Aunque sabíamos que no íbamos a contar con la participación de todos los vecinos, no nos esperábamos que un día después todos los materiales, fotografías y cartelas fueran a terminar en la basura. Aún así, es parte del proyecto que cada vez se desarrolle y termine de una manera imprevisible, ya que no todas las comunidades son iguales y lo que es más importante, Cumpleaños en el Bloque está sujeto a la cotidianidad de una comunidad, con la que tener plena confianza, agrado y colaboración nos resultaría si no imposible, muy difícil.

Dentro de lo triste de este final, pudimos recuperar muchas de las fotografías de la exposición que fueron devueltas a sus casas, y nos quedamos con lo que nos han dicho varios vecinos y amigos, quienes nos contaban apenados que fueron a ver la expo y ya no estaba. Roberto, un vecino, nos contó que desde entonces saluda de manera distinta a los vecinos cuando los ve por el rellano o por la calle y que eso para él es lo más significativo, y para nosotras es la mejor recompensa a todo el trabajo invertido.

Felicidades, Rodrigo de Guevara número dos. Ojalá dentro de cien años vuelvas a soplar tus merecidas velas.

 

 

Entrevista a Irene Lebrusán

Cumpleaños en el bloque nace de la idea del espacio doméstico como una representación.

Algunos autores como Durkheim, y Lévi-Strauss ya consideraban que los ordenamientos espaciales y temporales constituyen modelos que revelan el modo en que las relaciones sociales son pensadas.

Detectar correlaciones entre espacio y sociedad en la escala residencial, e intentar captar la lógica que los entreteje, introduciendo la arquitectura, la creatividad, y la investigación documental e histórica, es un reto tanto teórico como metodológico que CEB quiere explorar.

Por esto, cuando Irene Lebrusán, socióloga urbana de la Universidad Complutense de Madrid, nos escribió para reunirse con Cumpleaños en el Bloque, nos pareció una inmejorable ocasión para reflexionar sobre la cuestión habitacional desde la sociología urbana. Y compartir nuestro proyecto, que sin ser una rigurosa investigación social, pretende ahondar en cuestiones relativas a la antropología y sociología urbana.

A continuación os dejamos un pequeño fragmento, en formato entrevista, de lo que fue el agradable encuentro con Irene.

A grandes rasgos, ¿cuéntanos como es un día de trabajo para una socióloga urbana como tú? ¿En qué proyectos estás inmersa a día de hoy?
Mis días últimamente comienzan demasiado temprano, pero la verdad es que dedico el día a cosas que me gustan. Ahora mismo participo en varios proyectos; un proyecto con un equipo de arquitectos sobre la evolución social en barrios de promoción pública; con un equipo de demógrafos maravillosos acabamos de cerrar un capítulo sobre la evolución de los hogares de mayores en España y el más importante sería mi tesis. Intento reflejar la situación residencial de los mayores en Madrid, con especial atención a las dificultades que viven en sus barrios y viviendas. Dependiendo del día, reparto el tiempo entre las entrevistas, estadísticas o la redacción de la tesis.

Conoces nuestro proyecto CEB, ¿crees que aborda temas de antropología y sociología urbana?
Para mí el proyecto de CEB resultó tan interesante precisamente porque contiene numerosos aspectos de la antropología y de la sociología urbana, además en sus manifestaciones más bonitas: el apego al espacio, la semiótica de la vivienda, el modo en que la vida cotidiana se imprime en el espacio social de la comunidad… Como innovador para mí, desde la sociología urbana, refleja la vida del espacio intermedio entre la vivienda y el barrio; el espacio compartido de las comunidades de vecinos. Retoma la importancia (e influencia) del espacio físico en el desarrollo de la vida social.

Como sabes, uno de los objetivos de CEB es, a partir de la investigación
documental colaborativa de los vecinos, poder encontrar con los objetos materiales aportados, las conexiones del ámbito privado-domestico con las del contexto sociopolíticos. ¿Es común en tus entrevistas que los entrevistados te muestren objetos materiales para ilustrar sus testimonios? ¿Podrías contarnos algún ejemplo que recuerdes?
Recuerdo a Úrsula de 83 años, hace muy poquito, enseñándome las fotos del día de su boda. Sí es común que para mi tesis, que trata sobre la vivienda de los mayores en Madrid, me enseñen alguna foto de sus nietos o de sus hijos. También en alguna ocasión me han enseñado un recorte de periódico o revista en el que se retrata su barrio. En ambos casos, muestra el orgullo que se siente tanto hacia la familia como hacia el barrio, como extensiones de la persona, como parte de su vida (ya sea como espacio que recoge sus vivencias o referido a sus descendientes). Y es muy bonito que quieran compartir el testimonio de algo que les causa orgullo y alegría conmigo y con mi investigación.

Biografía de Irene Lebrusán: Socióloga urbana desde 2009, ha trabajado temas de exclusión residencial, regeneración integral y vulnerabilidad espacial. Realiza su tesis doctoral en torno a la vivienda de los mayores en Madrid, con especial atención a la desigualdad residencial y al papel de los mayores en el contexto de un sistema de bienestar debilitado. Cree que una ciudad inclusiva necesita incorporar una perspectiva de edad y de género en la creación de los espacios.