En Cumpleaños en el bloque hemos estudiado diferentes vías para obtener información acerca de los bloques y del paso de sus vecinos. La principal forma que hemos tenido ha sido a través de sus inquilinos, rastreando a través de sus documentos y testimonios. Pero, ¿cómo hacemos para conocer la fecha de construcción del bloque, los antiguos inquilinos que han pasado por ellos o los negocios y tiendas que han ocupado sus bajos?
Placa conmemorativo de la última casa donde vivió Cervantes.
El principal organismo en Madrid que recoge este tipo de documentación es el Archivo de la Villa, en el centro cultural Conde Duque. Este archivo contiene los documentos generados por el Ayuntamiento de Madrid, como nacimientos, matrimonios, licencias urbanísticas o padrones, especialmente a partir de mediados del siglo XIX y hasta el siglo XX. Actualmente estamos rastreando la historia de tres bloques del Barrio de las letras: Huertas 18, Cervantes 2 y Plaza Matute 12. Los dos primeros son bloques donde vivió Miguel de Cervantes, el tercero es el único bloque modernista habitado de Madrid, conocido como «Casa de Pérez Villaamil» y diseñado por Eduardo Reynals.
Cuando llegas al archivo , el primer paso que hay que dar es obtener las cintas microfilmadas, que contienen las fichas con las signaturas de todos los posibles documentos pertenecientes a cada bloque, las cuales están ordenadas por las distintas calles y números de Madrid. Una vez se consigue la signatura, se solicitan los fondos al personal del archivo, que pueden estar microfilmados, y en muchos casos, se conserva el documento original, al que se puede acceder e incluso digitalizar.
Padrón de la Calle Cervantes, 2 (1868).
Además del placer que supone poder tocar estos expedientes y ver las fechas, los nombres y firmas de las personas o los cambios de caligrafía según las décadas, estos documentos nos dan muchas pistas de los negocios que han ido pasando y nos permiten realizar una cronología más exacta de la evolución del bloque. Hemos conseguido denuncias, licencias de apertura, permisos para hacer modificaciones, cesiones de agua o documentos acreditativos de «buena moral y conducta».
Son documentos de personas normales, anónimas, que sin embargo nos están dando un imaginario de lo que pudo ser hace 100 años el Barrio de las letras, llenos de comercios que hoy en día están prácticamente en extinción, como carbonerías o sastrerías, y otros más comunes como fruterías o casas de préstamos. Viendo los padrones, también podemos ver como la mayoría de vecinos tenían sirvientas o criados, y como desde hace más de un siglo, en Madrid han vivido personas de muchos lugares de España, e incluso del extranjero. Esta investigación documental queremos que sea parte de las exposiciones que hagamos en los bloques y sobre todo, que suponga un buen comienzo de la historia que empezamos a trazar con los vecinos actuales.