El salón de Magritte
El salón ha sido como un punto de experimentación de todo tipo de cambios de muebles, de vertedero de objetos encontrados en la calle y de reajustes decorativos. Ha costado hacer nuestro un salón que ha sido habitado en un año por seis inquilinas distintas, algunas muy de paso y en general con poco sentimiento de pertenencia a este hogar. Tuvimos durante más de seis meses una estantería de libros que ya estaban en la casa cuando llegamos, creemos que ni siquiera eran del anterior inquilino, sino de alguien que vivió hace mucho más tiempo. Un día me desperté y no pude convivir más con objetos que no eran míos, así que tiramos 30 libros a un rincón de la calle donde cualquier cosa que se deja, es recogida al instante por otra persona. También tardé unos meses en saber que las puertas de los balcones tenían que ser pintadas de blanco. Aunque el motivo era del todo emocional y estético, convencí al casero con el típico argumento de que la pintura estaba desconchada, que aunque era verdad, me fue la excusa perfecta para que las cambiara de color. También al principio tuvimos como decoración varios bustos de maniquís horribles, que durante un tiempo se convirtieron en una cuestión casi política, ya que eran quitados por mí y puestos por mis compañeras constantemente. Traté de hacerles ver que realmente me incomodaban, pero como el salón era un espacio común, tenía que respetar su decisión. Al final no recuerdo quién lo tiró, pero por suerte desaparecieron. Al tiempo, una de ellas trajo con un cuadro de Magritte que le regalaron en su oficina. El día antes habíamos comprado una planta. Por fin se quedó un espacio que sentí como mío. |
Las transformaciones y la conversión al blanco
La conversión al blanco; transformaciones progresivas que indican también cambios en la estética de una época a otra. |
Esta habitación ha sido habitada en poco más de dos años por cuatro inquilinas distintas. El devenir de habitantes por un mismo piso suele ser constante en muchas casas, algunos de paso y otros que pretenden hacer de una estancia temporal un tiempo agradable. |
Las tardes en el salón