Las huellas de una pared
El otro día hice una foto de un trozo de pared de mi cuarto que se está desconchando y se pueden ver las distintas capas de pintura que ha recibido el muro haciendo referencia a las distintas personas que han habitado como yo, en esta habitación. (2014) |
Los alquileres temporales desde portales como Idealista, han cambiado el concepto de vivencia doméstica llegando al punto en el que a todos nos parece normal alquilar una casa por habitación, aunque habitemos o personalicemos el resto de estancias. De ese modo a veces resulta más difícil sentirse parte de la totalidad doméstica o bien podemos sentirnos como una especie de capítulo en la vida de ese inmueble y a la vez, ese inmueble un capítulo en nuestras vidas, encontrando huellas en tu espacio privado que pertenecen a otros inquilinos, y reforzando el sentimiento efímero que tienen las casas para muchas personas.
Unas habitaciones con y sin dueño/a
Estas fotos nos las envió la única vecina que permanece en la vivienda desde que fue alquilada (2013) hasta hoy (2015). Por ello, las dos primeras fotografías corresponden al momento de la llegada y no tenemos ningún documento gráfico de cómo se transformó el espacio privado de sus antiguas compañeras. Sabemos que han sido habitadas por, al menos, dos personas cada una desde 2012 hasta 2015. En las dos últimas fotografías, sin embargo, que pertenecen a la vecina que todavía vive en esta casa, se puede ver la misma habitación modificada a lo largo de un año.
Llegar y hacerse al salón
En CEB creemos que el salón es al espacio doméstico como la plaza al espacio público. En el salón nos relacionamos, comemos, desarrollamos reglas implícitas de relación y llegamos a un acuerdo estético y funcional en el que todos los miembros de nuestra pequeña comunidad nos sentimos representados. Pero el salón como tal no estuvo siempre ahí. El escritor Eduardo Angulo hace un recorrido por las costumbres culinarias en distintas geografías de la literatura de Julio Verne, y afirma que «en el siglo XIX la mesa se convierte en el centro de la vida diaria, y en las viviendas surge una nueva habitación: el comedor».
Fotos 1, 2 y 3 (septiembre de 2013) llegar a la casa, el salón es el punto de encuentro y el trastero principal de la vivienda.
Fotos 4 y 5. Primera forma del salón. La instalación de internet en las casas como hábito doméstico.
Fotos 6 y 7: Un espacio donde relajarse. (2014)
Luz, divino tesoro
«Nadie da duros a cuatro pesetas» el refranero nos recuerda, una vez más, que siempre hay un porqué. Como se aprecia en la foto de la derecha, en el bloque de Rodrigo de Guevara número 2 (bloque de la izquierda, foto tomada desde el segundo piso), por sus características de orientación (noroeste) y por el trazado urbano, apenas entra el sol directamente en muchas de sus casas. Es por eso que la luz eléctrica tiene que estar encendida gran parte del día, y las subidas y bajadas de los precios de la luz condicionan el bolsillo y la comodidad de los habitantes de la vivienda.
La polaroid ha vuelto
Fotos de ahora que parecen de ayer.
Vivir en el rastro.